“Gloria, faltas en el aire falta tu presencia,
cálida inocencia faltas en mi boca que sin querer
te nombra
y escribiré mi historia con la palabra Gloria
porque aquí a tu lado la mañana se ilumina la
verdad
y la mentira se llaman Gloria Gloria…”
Eso cantaba Umberto Tozzí en el curso 79-80 cuando nosotros finalizábamos la EGB en las Escuelas Pias de la Malvarrosa. Y al que suscribe, le sigue sabiendo a GLORIA, la reunión, el reencuentro, la vuelta a la infancia, durante tres o cuatro horas cada año en torno a una mesa y unas buenas viandas.
Alguien dijo: “Porque
somos amigos, porque no se olvida, la etapa más bella del mundo, porque siguen
en mi corazón y por el simple hecho de ser quienes me vieron crecer...
En esta vida, contra gustos, colores; y para
algunos nuestro paso por las aulas de nuestro cole en la EGB, nos traen recuerdos de
todo tipo, pero yo personalmente me quedo con los buenos, con los valores que
compartimos juntos, con lo que nos forjó para el futuro, y que hoy vivimos en
presente, cada cual en nuestro quehacer diario. También, es cierto, que a alguno
le queda alguna frustración infantil, de aquellos años, y que aún proyecta
actualmente, pero lo más reconfortante es que la tolerancia y la convivencia,
sigue siendo un valor en nosotros, y poderlo tomar en tono jocoso, y reírnos
juntos de aquellos años, es un bonito ejercicio de complicidad.
Esta
foto que ilustra estas líneas, la tomó el bueno de Martín Bellver Lopez, el
sábado 9 de noviembre de 2013 en el nuevo restaurante de nuestro compañero
Vicente Portero, llamado CASA PATACONA. Entre exquisitos platos, comentarios y
risas volvimos a unirnos por cuarto año consecutivo, una generación de
compañeros que estudiamos, muy cerquita de allí, en los Escolapios de la Malva, y refleja que los que quisimos estar, fuimos,
y en nuestras prioridades actuales figura el segundo sábado de noviembre, como
una cita ineludible que conjuga pasado, presente y futuro.
Augusto Pardo, siempre cercano, y orgulloso de
su cole; Alfredo Lozano, cumplidor y fiel a sus raíces escolares; Tomás Domingo
con su chispa habitual animó la velada,
Francisco Javier Navarrete, discreto y conciliador, es uno de los nuestros;
Vicente Gay, con una portentosa memoria llena de recuerdos escolares; Antonio García
Soler, recuerda con cariño aquellos años; Jorge Brull y Vicente Casanova, merecieron
un especial aplauso, pues han conseguido que el B y el A sean uno sólo, incluso
Jorge nos recordó al padre José Ramón y sus peculiares cantos; Martín Bellver,
ejemplo de compañero que vive y siente su Malva, y los muchos años que pasamos
todos juntos; Vicente Gómez CUCO, su
contagiosa sonrisa, y su espontaneidad nos sigue cautivando; Hector
Guillamón, discreción y saber estar,
junto a su poso de sabiduría, lo siguen elevando a la cima del grupo; Vicente
Doria, es de esas personas, que a pesar de haber llegado en 6º de EGB, se
integró perfectamente y su presencia nos alegra a todos; Enrique Ribera y Juan
Carlos Garriga, no fallan cada año y además de seres excepcionales, saben degustar
el valor de aquellos años que pasamos todos juntos; Jose Ignacio Verdera, un
todo terreno que surca el mar de la vida con tranquilidad y sosiego, sin
olvidar su cole y sus compañeros; Roberto Barcelona es el que encaja en el
perfil del buen deportista, su envidiaba caballera, su porte, al que llamábamos
cariñosamente “el holandes”, un buen tipo; Vicente Portero nos servió una
espectacular y sabrosa cena de la que disfrutamos todos los que allí nos
congregamos, y aquel rubio, ahora no tiene ni un pelo de tonto. Hubo un
recuerdo para Roberto Hernández que no pudo estar por motivos laborales. Y no
me he olvidado de Jorge Botella, al
contrario quiero realzar su labor en favor de que nos veamos cada año, y esa
sintonía la compartimos ambos.Jorge es todo corazón, y sabe pescar en aguas
revueltas y en mar en calma.
Así
que termino, con esos primeros versos de la canción del pirata de Espronceda,
que aprendimos de memoria en nuestra EGB
“Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín…”
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín…”
Y
así sigamos surcando juntos y a toda
vela, durante una vez al año en nuestro particular velero de la infancia. Así
que (D.m), el 8 de noviembre de 2014 en
CASA PATACONA volveremos a subir a bordo para compartir risas, y vivencias del
cole, y ser niños una vez más; y es que como el novelista estadounidense nacido en
1923, Joseph Heller: “He llegado por
fin a lo que quería ser de mayor: un niño”.
Gracias a todos, un fuerte abrazo y nos vemos en
2014, que la cena del cole cumplirá un lustro.
PD. Las fotos las tiene Vicente Portero, si nos las pasa las publicaremos.